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Andrés R. Samudio
Andrés Roberto Samudio Monro, conocido como Andrés R. Samudio, es un autor español fundador y director de Aventuras AD.
Fue el guionista de todas las aventuras de Aventuras AD y es considerado el principal difusor del género en España gracias a sus colaboraciones en la revista MicroHobby en las secciones El Viejo Archivero y El Mundo de la Aventura, la organización del Concurso de aventuras de MicroHobby, la traducción de la versión española del PAWS y la creación de la primera compañía profesional dedicada en exclusiva a la aventuras conversacionales.
Antes de dedicarse a las aventuras cursó estudios de Antropología en EE.UU. y posteriormente de Medicina en la especialidad de Pediatría. En el mundo anglosajón descubre los juegos de rol, los wargames, los juegos por correo, las aventuras conversacionales, y otros juegos de inteligencia y fantasía. Su primer contacto con las aventuras se produce al descubrir en una revista inglesa un anuncio del Quill. Entre sus aventuras favoritas estaban las de Level 9 así como la serie de Zork, The Pawn y Guild Of Thieves.
En el nº146 de la revista MicroHobby (septiembre de 1987) publica el primer artículo de El Mundo de la Aventura, serie dedicada a la divulgación de la aventura conversacional y que constituirá el primer contacto con este tipo de juegos para muchos aficionados españoles. La serie continuó hasta el nº212 (es decir, casi hasta el cierre definitivo de la revista, producido tras el nº217), y fue una de las de mayor éxito. En ella, además de hacerse un exhaustivo análisis de las características del género y de las principales casas anglosajonas, se trataron otro tipo de juegos relacionados, como juegos por correo, rol, MUD'S, etc. Gran parte de la jerga aventurera utilizada hasta hoy procede de estos artículos. La serie también ayudó a promocionar el Club de Aventuras AD y otros fanzines (como A Través del Espejo) y compañías amateur.
En la firma de cada artículo Andrés Samudio cambiaba la R. de su segundo nombre dándole un valor distinto (“Refrescante”, “de Reojo”, “Rumiante”, etc.) Este juego con los aficionados fue uno de los más célebres de la época, y el verdadero segundo nombre de Andrés Samudio sólo se hizo público años después en una entrevista Para dar respuesta a las cartas de los lectores se creó la sección El Viejo Archivero, donde unos personajes fantásticos (El Viejo Archivero y Hebilla de Calatayud, con su mascota el Yiepp) respondían desde los Cárpatos a las dudas de los lectores, fundamentalmente atascos en aventuras.
Creación de Aventuras AD
Andrés Samudio había escrito una aventura en The Quill titulada “La Diosa de Cozumel” que decidió ofrecer a Dinamic para su distribución. Los directivos de Dinamic, que ya habían comenzado a barajar la posibilidad de crear una filial dedicada a las aventuras, plantearon a Andrés Samudio y a otros programadores de aventuras free-lance la propuesta, y finalmente Andrés Samudio se decidió a adquirir a Dinamic la marca AD y a formar la compañía Aventuras AD S.A., con un equipo fijo de programadores y grafistas, oficinas propias, y en la que los principales accionistas eran los propios creadores.
Inmediatamente viaja a Gales para entrevistarse con Tim Gilberts, autor de PAWS, quien le convenció para programar un parser exclusivo para AD (el DAAD, acrónimo de Diseñador de Aventuras AD) que permitiese la conversión de las aventuras a los distintos modelos de ordenador existentes en el mercado. Gilberts fue contratado por Aventuras AD durante el siguiente año para desarrollar la herramienta de programación y enseñar al equipo de AD a manejarla. El precio del DAAD fue de dos millones y medio de pesetas, y gracias a él el equipo de AD esperaba publicar una media de seis aventuras por año.
En 1989 se publica la primera aventura de AD: La Aventura Original, basada en el juego de Willie Crowther y Don Woods. La respuesta de las revistas especializadas fue entusiasta, tanto en el primer juego como en los siguientes.
Entre los logros de Aventuras AD cabe destacar la gran difusión dada al género, la calidad de la aventuras publicadas, así como la creación de un importante grupo de aficionados gracias a la publicación de la versión traducida del PAWS, la organización del Concurso de aventuras de MicroHobby y la creación del CAAD.
Los planes iniciales de la compañía de publicar hasta diez aventuras por año quedaron muy lejos de la realidad. En sus cinco años de existencia Aventuras AD sólo llegó a producir seis aventuras más una de promoción. El desorbitado precio del DAAD supuso un lastre constante para la compañía, en algunas aventuras los pagos se retrasaron, algún programador incluso abandonó la compañía por esto, y la última aventura incluso no llegó a ser pagada por Dinamic.
Finalmente, tras especularse con la posibilidad de revender el DAAD a un millón de pesetas sin conseguirse, Aventuras AD abandonó en 1993 definitivamente la producción de aventuras y Andrés Samudio regresó a su antigua profesión de pediatra.